Este año mi amiga Silvia me decía que podría ser interesante que los alumnos de su instituto viesen mi monólogo.
Luego de que el propio centro con un trabajo titánico de Silvia consiguiese coordinarse con el ayuntamiento y diferentes instituciones, viajé a Lodosa para hacer el monólogo en dos ocasiones.
Una de ellas iba encaminada a madres y padres de los propios alumnos y a todas las personas del pueblo que quisiesen acudir. El otro día lo haría para los alumnos.
Fue una experiencia maravillosa en la que a día de hoy siguen floreciendo momentos llenos de amor y cariño.
